Gracias por compartir tu historia con nosotros, Daisy. Así que, empecemos por el principio y podremos avanzar a partir de ahí.
Desde que tengo uso de razón, siempre he querido ser chef. Recuerdo que en 5º de primaria celebramos una jornada profesional y me hicieron una foto con uniforme de chef. Fue a los 15 años cuando decidí qué tipo de chef quería ser: pastelero. Hice cursos de Wilton y empecé a aprender decoración básica de tartas. Por aquel entonces se emitía Ace of Cakes en la tele y me enganché a todo el mundo de los pasteles. Tras graduarme antes de tiempo en el instituto, quise ir al Culinary Institute Le’Notre, pero mis padres no podían permitírselo y acabé yendo al San Jacinto College a los 17 años. Al principio, empecé con clases de cocina, porque la pastelería no era una opción entonces. En mi primer año, acepté unas prácticas universitarias en Walt Disney World. Me trasladé a Florida para trabajar en Disney, me enamoré tanto de Florida que decidí mudarme allí. Trasladé todas mis clases a su colegio comunitario y, para mi sorpresa, ofrecían panadería y pastelería, así que cambié de carrera y empecé de nuevo. Trabajé para Disney World a tiempo parcial, trabajé en una tienda de galletas a tiempo completo y estudié a tiempo completo. Tras dos años viviendo en Florida, me entró morriña y decidí volver a Houston. Volví a transferir todas mis clases y empecé de nuevo por tercera vez.
Una vez de vuelta en Houston y de nuevo en la colegio universitario, tuve una mala experiencia con una clase y me desanimaron a seguir estudiando. Cuatro años más tarde, después de casarme y tener mi primer hijo, decidí terminar lo que había empezado, pero desgraciadamente tuve que volver a empezar. Esta vez, decidí volver al lugar al que soñaba ir en un principio, el Instituto Culinario Le’Notre. Dos años más tarde, por FIN me gradué en Panadería y Pastelería y pude llamarme a mí misma pastelera. Este es uno de mis mayores logros en mi vida profesional, ya que me llevó casi 10 años. En esos diez años, siempre he horneado para familiares y amigos aquí y allá. No fue hasta hace un par de años cuando decidí que trabajar para el hombre no era para mí y me lancé de cabeza a por mi negocio en casa.
¿Ha sido un camino de rosas?
¡De ninguna manera! He luchado en todo momento, desde no poder permitirme ir a la colegio universitario hasta tener que pedir la baja durante el nacimiento de mi segundo hijo. Sentí que lo tenía todo a mi favor cuando por fin estaba en la colegio universitario de cocina, pero entonces me quedé embarazada y me vi obligada a tomarme un tiempo libre. No iba a dejar que eso me detuviera. Mi hija solo tenía dos meses cuando volví al colegio. Yo la amamantaba y tenía que hacer pausas entre clase y clase para sacarme leche y dejarla para la canguro. No sólo era una estudiante aplicada, sino también una madre aplicada.
Nos encantaría saber más sobre su trabajo.
Soy panadero a domicilio. Hago pasteles, magdalenas, galletas, cake pops, pretzels y Rice Krispies. Me especializo principalmente en tartas y galletas personalizadas y soy conocida por tener unas galletas de azúcar increíbles. Como empresa, lo que más me enorgullece es poder convertir las ideas de mis clientes en arte comestible. Mi pasión y dedicación son lo que me diferencia de los demás. Sé que las tartas y galletas personalizadas pueden ser caras, y yo intento ser un poco más asequible. Lo hago porque me encanta lo que hago y no intento hacerme rico con ello. Soy una pequeña empresa que intenta pagar las actividades de sus hijos, como clases de ballet y taekwondo, no hacerse rica.
¿Es nuestra ciudad un buen lugar para hacer lo que usted hace?
Sí. Debido a la diversidad y el tamaño de nuestra ciudad, siempre hay alguna celebración de algún tipo que necesita productos horneados.
Información de contacto: